Un viaje de 6 meses y 6 días: el origen de todo

1/1/2023

En 2010 conocí a Ferran Blanch. Acababa de realizar un  viaje que le cambió su vida. Antes era como la del resto de la gente. Trabajaba un montón de horas como autónomo, pagaba su hipoteca, se levantaba cuando el despertador se lo ordenaba y se alegraba cuando era viernes por la tarde.

Pero en 2009 hizo realizó su gran viaje. Un viaje por USA y Centro-América que cambió su mentalidad.

Desde entonces, su visión de la vida se transformó. Y no porque le pasara nada excepcional o dramático, no. Solamente por el hecho de salirse de la rutina. De ver las cosas desde un ángulo diferente.

Es como cuando nadas por el río, me contaba. Sólo puedes ver hacia donde va la corriente. Nada más. Pero cuando tienes oportunidad de alcanzar la orilla y aún más, subirte a una colina, tienes la magnífica oportunidad de ver todo el paisaje. Primeramente, puedes ver hacia donde va el río. Y después, tienes el privilegio de observar tranquilamente su entorno, y disfrutarlo sin prisas. Porque cuando estás nadando no puedes pararte, la corriente te arrastra.

Esto es lo que nos pasa a la mayoría. No disfrutamos de la vida. Y su viaje también transformó la mente de los que tuvimos oportunidad de tomar un café con él y dejarnos contagiar por sus experiencias.

Sigamos ahora, el siguiente planteamiento:

1) Para vivir necesitamos dinero.

2) Para conseguirlo tenemos que invertir nuestro tiempo.

3) Cuando ganamos dinero lo gastamos en necesidades básicas y gastos varios que nos imponen las grandes corporaciones.

4) El poco dinero que nos queda es para gastarlo en el poco tiempo que nos sobra después de trabajar.

5) Compramos televisores, coches y demás aparatos "necesarios" comprándolos a plazos, lo que nos obliga a trabajar aún más.

6) Por tanto, cada vez trabajamos más, ganamos más (es un decir), gastamos más, pero nos queda menos tiempo.


Y... ¿no nos damos cuenta que el tiempo es el bien más preciado que tenemos?

El dinero se puede conseguir, el tiempo no.

Por eso, a raíz del viaje que emprendió Ferran Blanch, y en el cual pudo disfrutar de todo el tiempo del mundo, cambió su visión y su razón de vivir. Ahora no sólo vió que se necesitaba dinero. Sino dinero y tiempo.

Este es su libro